lunes, 5 de mayo de 2008

Barolo DOCG

Buenas tardes, de vez en cuando os ire poniendo informacion sobre vinos, ya sea generica o de algun vino en concreto. En este caso, empezaremos con uno de los clasicos italianos por excelencia, el Barolo. Grande donde los haya, el Barolo ha permanecido impasible al paso del tiempo y su nombre resuena hoy por el mundo. De vez en cuando os hablare de alguno de los Barolos miticos. Que ustedes los beban bien.

Barolo

Un nombre de vino muy austero. Tal vez porque, pensando en el Barolo espontáneamente nos viene en mente la imagen de un producto noble, degustado en las grandes casas nobles italianas, sólo por unos pocos. Una especie de respeto o, quizás, de temor guía nuestra fantasía hacia los aristocráticos de la segunda mitad del '800, sentados alrededor de una mesa bien puesta, mientras se preparaban a degustar este gran vino. La imaginación nos conduce al Reino de Italia en el período Piamontés, donde la feria de Torino era el centro de la Nación. Imaginemos al carismático Camillo Benso, Conde de Cavour rodeado de un grupo de diplomáticos y de jefes de estado, todos intentando degustar un sorbo del costoso Barolo. En este caso nuestra fantasía no nos engaña, refleja exactamente la realidad del pasado. Fue el propio Camilo Benso quien contribuyó a dar la fama a este vino, aún cuando se piensa que sus orígenes remontan a los inicios del '800, en las haciendas de los Marqueses Falletti, quienes lo producían con todos los cuidados en las extensas tierras del Barolo, ayudándose del gran conocimiento enológico.
La historia pasa por el Conde de Cavour, el cual eligió al Conde Odart y a su Castillo de Grinzane para producir este famoso Barolo, que se servía en los almuerzos a los diplomáticos siendo la delicia y la admiración de los buenos degustadores. Desde estos tiempos, el Barolo continúa siendo el símbolo de alta cualidad en todo el mundo.
El reglamento (DOCG en 1980) como para otros productos, ayuda a la bondad de nuestro vino, no sólo limitando la producción por hectárea, sino que también restringiendo la zona de producción a 11 comunes del Cuneo en las colinas de las Langhe al sur-este de Alba, siendo el centro en la homónima comuna de Barolo. La cepa no podía ser otra sino el famoso Nebbiolo, donde el propio nombre describe las zonas de producción, a veces a fines de octubre, por lo tanto, en el período de la vendimia tenemos una neblina beneficiosa para la uva, pues contribuye a la conservación de los aromas intensos encerrados en cada racimo. No es una cosa al azar, el hecho que desde la misma uva nebbiolo se produzcan otros vinos, primero de todos el Barbaresco, el Gattinara, el Nebbiolo de Alba, pero la cima se alcanza con la pureza (100% nebbiolo en las subvariedades "Michet", "Lampia", "Rosè") del Barolo. Describir las características organolépticas, resulta una tarea ardua, no sólo porque son varias las diferencias verificadas entre los distintos productores, sino también entre las varias micro-zonas de producción, así como entre los diferentes años y reservas. Vainilla, avellanas tostadas, especias, tabaco dulce, pero en las cosechas más viejas regaliz, goudron y tartufo resultan inmediatamente evidentes. La característica principal que distingue el Barolo de todos los otros vinos, es el aroma de pétalos de rosa ligeramente marchito, fácilmente perceptible al olfato y el paladar. Deseándolo se pueden distinguir también varios tipos de rosas, desde las comunes rosa mosqueta y rosa de té a aquellas que parecen orientales de flores pequeñas, imperceptibles diferencias que contribuyen a los distintos acompañamientos culinarios. De hecho, mientras las primeras acompañan soberbiamente los grandes asados y los estofados, los vinos con aroma a rosa "acídula y joven" son una delicia con comidas menos complejas que necesitan tiempos de cocción menor, como la de animales selváticos, el hígado de ganso o los quesos con sabores intensos. Es cierto que para correr riesgos, el acompañamiento por excelencia es siempre el característico estofado piamontés, cocinado posiblemente con el mismo Barolo, preferiblemente con la versión más joven, para después pasar a las cosechas menos recientes o a las reservas como acompañamiento de este plato.
¿Qué cosechas elegir? Obviamente las mejores resultan ser también las más costosas y difíciles de encontrar, pero para los más afortunados la elección recae necesariamente en las cosechas '78, '82, '85, '88, '90, '95, '96 y la última del '97 y, también la futura cosecha del '98. Antes de concluir, un pequeño consejo que nos puede permitir degustar un producto relativamente nuevo, pero perfecto para algunos acompañamientos, considerados imposibles hasta algunos años atrás. No es difícil encontrar el Barolo en la versión quinada o también el distinguido vino de las langhe, en el cual, una vez terminado el período mínimo de envejecimiento se realiza la aromatización mediante la infusión, en frío, de la corteza de quina calissasia. Combinado con dulces a base di chocolate fundente o, mejor todavía, con escamas del mismo chocolate en pureza, puede provocar momentos de locura eno-gastronómicos a quien ose realizar esta combinación en la mesa.

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