El origen del genero Vitis nace del Cretáceo superior de los géneros mas antiguos como el Cissus y l'Ampelopsis. El área de difusión era mucho mas amplio y comprendía las regiones árticas de Europa, de Asia oriental, de América y de Groenlandia. En el curso de las dos ultimas glaciaciones todas las especies septentrionales desaparecen y aparece en Europa una especie meridional, la Vitis vinifera, mientras que en América septentrional los restos glaciares fueron mas numerosos. Actualmente se pueden distinguir tres grupos de especies; el boreo-americano (con 23 especies), el oriental-asiático (con cerca de 40 especies) y el grupo eurasiático con solo la Vitis vinifera.
La primera Vinifere aparece en el Plioceno y a continuación, durante el periodo glacial se retiran en refugios circummediterraneos occidentales y en parte orientales, fragmentando en el curso de las pulsaciones interglaciares, su área primitiva.
Se explica así la unidad de la especie a la vez que la diversidad geográfica de sus formas.
Sucesivamente la vid renace hacia el norte, superando en el periodo cálido del neolítico la latitud 50-52* (Suecia meridional y Dinamarca). De los restos mas antiguos (vinaccioli) se comprende que la V. v. Silvestris es la subespecie que aparece mas precozmente, mientras que la V. v. sativa aparece solo al final de la edad de Bronce, principios de la edad del Hierro.
Según De Lattin (1939) y Levadoux (1956) los viñedos cultivados en Europa y aquellos de forma selvática primigenios son el resultado de las presiones glaciares del Cuaternario producidas hacia la zona meridional del continente. Así se forman dos centros de variación de las vides, uno Mediterráneo que engloba las grandes penínsulas y las islas del Mediterráneo, el Asia Menor y el norte de África y las regiones montañosas entre el Mar Negro y la India. Esta hipótesis modifica en parte aquella de Vavilov (1926) que creía en un solo centro en el origen de la vid, localizado en torno al Mar Caspio, basando esta hipótesis sobre la gran riqueza de los viñedos de la región transcaucasica.
El reciente desarrollo de la biología molecular aplicada al análisis del polimorfismo del ADN demuestra que muchos viñedos son el resultado de cruces naturales entre las variedades, sucedidas en el Medievo, cuando estos eran cultivados juntos en el viñedo. Después de la primera multiplicación por semillas, con la consiguiente propagación axesual, por vástago, se difundía solo el genotipo mas interesante, que venían siendo utilizados en tiempos distintos para crear otros viñedos también en zonas distantes de la original.
Este modelo de formación de la variedad ha sido demostrado por Browers (1995) por un grupo de 16 viñedos importantes de Francia oriental que se formaron por el cruce de Pinot y Gouais b., viñedo este ultimo, de origen croata que se puede hoy identificar con el Heunish alemán y que aparece involucrado en la formación de algunas variedades cultivadas en Italia nord-oriental como la Pignole, la Rossole, la Fortana y la Schiava.
Los viñedos actualmente cultivados entonces no solo vienen de la domesticación de los viñedos salvajes y de los cruces espontáneos entre vides salvajes y cultivadas, si no también del cruce entre viñedos cultivados, muchos de los cuales han desaparecido o relegados al rol de reliquia.
Que ustedes lo beban bien. Hasta pronto.
