viernes, 30 de mayo de 2008

Vinoble 08






Vinoble 08, para exaltar los sentidos

Son diez años ya los que lleva esta feria que han convertido en una referencia mundial de los vinos de Jerez, vinos con solera y dulces en general (Vinos singulares). Ya es una feria en mayúsculas, guía y referencia mundial de este tipo de vinos.
En el marco incomparable del Alcázar de Jerez, se ha celebrado el VI Salón de los Vinos Nobles (generosos, licorosos y dulces especiales). Un lugar excepcional para dar cabida a estos magníficos caldos. En el palacio de Villavicencio, en sus jardines árabes y El Molino, se ha impartido una clase magistral de cata de estas verdaderas “rarezas” enológicas. Desde el 25 al 28 de mayo, se ha podido recorrer el mundo (nunca mejor dicho) del vino “diferente”. Dulces apasitados, con botritis, vendimias tardías, asolados, generosos, amontillados, etc, etc. Vinos de Sudáfrica, Nueva Zelanda, Usa, México, Rumania, Hungría, Rep. Checa, Suiza, Alemania, Italia, Suiza, Grecia, Francia, Croacia, Portugal, además de todas las regiones de España.
Nuestro viaje comenzó en Madrid, a eso de las 6,45 de la mañana de un fresco martes de mayo (día 27). En la estación de Atocha, me esperaba la idea de mi primer contacto con Vinoble, además de mi compañero Alberto. Después de reponer alguna fuerza, pocas en realidad, nos dirigimos al AVE Madrid-Sevilla que nos acercaría un poco a nuestro destino.
Al llegar a Sevilla a eso de la diez menos cuarto de la mañana, nos dirigimos a sacar el billete para Jerez. Una vez en el tren, comenzamos a planificar el día y medio que estaríamos en la feria.
Una vez dejamos los equipajes en el hotel de Jerez, nos dirigimos a la feria a eso de las once y media de la mañana. Nos esperaba mi amigo José que había ido el día anterior.
Enseguida comenzamos a catar con mucho “tiento” dada la alta graduación de estos vinos, en casi todos los casos. (Llegamos a probar un Palomino de México de 18% Vol.)
Comenzamos con un Fino, de las Bodegas Almocadén, el Paquiro, buen vino para comenzar. De color pálido brillante y aromas a crianza en flor, seco con sabor almendrado.
Después, a por la Manzanilla, y que mejor que la Manzanilla Pasada Pastrana de más de 5 años de Bodegas Hidalgo. De amarillo dorado brillante con aromas salinos y de frutos secos con notas casi oxidativas. Persistente en boca.
Continuamos con un fino La Panesa Especial Fino de 15 años de Emilio Hidalgo, de color amarillo pálido y aroma intenso como corresponde a la crianza en flor. En boca, sabroso y amplio con un recuerdo largo, me gusto especialmente.
Seguimos la degustación de vinos de Jerez con un clásico, un Lustau East India Solera 12 años de Emilio Lustau SA. Ya hace siglos, las botas de jerez amarradas a la cubierta de los barcos que partían hacia las Indias desarrollaban una extraordinaria suavidad y complejidad. Este vino es increíblemente suave y fino, con sabor a pasas y frutos secos.
La terminamos, de momento, en Jerez con un Noé Pedro Ximenez de González Byass. El envejecimiento por más de 30 años, le dan al vino un color ébano con reflejos yodados. Aromas de higos, ciruelas y especies. Largo, dulce y con sensaciones de miel en boca.
Cambiando de aires, nos fuimos a Suiza, exactamente a la zona de Valaisans para probar dos vinos; un Ermitage Valorine Grain Noble 2003 de Frederic Varone. Vino dulce curioso, no me apasionó, pero está bien elaborado. Después probamos un Ermitage Tourbillon 2003 de Provins Valais un vino de color amarillo pajizo, complejo con aromas confitados de albaricoque, seguramente podrá envejecer varios años.
Seguidamente nos adentramos en Italia, que rara esa pasión por esos vinos. Probamos algo que no había probado nunca (más raro todavía), Vino Santo del Trentino.
Tres fueron los elegidos; Vino Santo Trentino DOC 1997 de Azienda Agricola Fratelli Pisoni di Marco & Stefano, el Arele 1997 de Azienda Agricola Pravis y el Vino Santo Puro 1998 de Cantina Toblino. Todo un descubrimiento el Vino Santo. Yo conocía el Vin Santo de Toscana, mucho mas cálido y seco en boca, casi un vino, pero estos dulces son verdaderas joyas. Estos vinos, a diferencia de los Vin Santo toscanos, envejecen en barricas en la propia bodega y no en la parte superior de la misma. Por lo tanto, una de las características es que son más frescos y aromáticos. La uva es la Nosiola. El color es oro brillante, de larga persistencia tanto en nariz como en boca. Goloso y envolvente, en general solo se elaboran en grandes añadas para darle una grandeza y longevidad.
A eso de la una y media, nos fuimos al Puerto de Santa María a comer, a Casa Flores, todo un clásico en la zona. En la propia Ribera del Rio, también llamada Ribera del Marisco, está este coqueto restaurante. Las especialidades; jamón ibérico, gambas, carabineros, etc, pero no era a eso a lo que veníamos, sino a probar algo que sea más típico del lugar. Después de unas cervezas para eliminar taninos, pedimos un Barbadillo (Castillo San Diego) y unos entrantes; Unas papas aliñas con langostinos, melva de pincho con pimientos ahumados, unos fritos de la tierra (pescaitos, calamares y chopitos) y una ensalada de diferentes lechugas. Todo estaba de “toma pan y moja”, como dirían en el lugar y para continuar, Urta (Pescado típico de la costa de Cádiz) a la Roteña. Es un pescado más sabroso que la merluza. Para terminar, un variado de dulces y un helado de pasas con PX. Café, un poquito de orujo para la digestión y a seguir la marcha. Creo que es, sencillamente, un buen restaurante, sin pretensiones. En todo caso, y por sacarle alguna pega, el servicio deja algo que desear. Fuimos a descansar un rato, ya que en esta feria (Cosa insólita en el mundo) se cierra de 2 a 5 de la tarde para ir a comer. Ya por la tarde, continuamos con la feria.
Retomamos la cata con un Oremus Tokaji Aszu 5 Puttonyos 2000 de la bodega Tokaj Oremus (Hungría), uno de los buenos Tokaj. A continuación rematamos el país del este con un Arvay 2000 de la bodega Arvay & Co. Winery, un poco más suave y menos envolvente.
Pasamos después a probar un dulce de Alicante, el DolÇ de Mendoza 2002 de Bodegas Enrique Mendoza, agradable y sugerente.
Seguidamente entramos en pleno corazón de Oporto con sus míticos vinos desde los siglos XVI y XVII. Las uvas son; en tinto, Tinta Roriz, Tinta Barroca, Touriga y Tinta Çāo y en blanco; Malvasía Dourada, Malvasía Fina, Gouveio y Rabigato. Primero un Tawny Quinta de Ervamoira 10 años de Ramos Pinto, color es todavía rubí teja, con notas de frutos rojos y frutos secos, pero con predominio de los primeros, una delicia al paladar. Después un Barros 20 años de Sogevinus Fine Wines SA, una invitación a recorrer ese país vecino y terminamos con el Quinta do Infantado Reserva Especial de Quinta del Infantado, toda una demostración de la diferencia de estos apreciados vinos. Ahora comenzamos a entender porque.
Dando un salto (Menudo salto) nos pusimos en Croacia, tierra de vinos desde siglos, para probar algo diferente, vinos (casi) de hielo: Grasevina Ice Wine 03 y Traminac Ice Wine 03 de la bodega Kutjevo D.D., dos cupages diferentes, uno con blend de uvas y el otro con la famosa traminer aromática. Es otra forma de ver el vino.
Después de pasar un rato de “frio”, decidimos ir a calentarnos y que mejor que la tierra de México. Qué curioso, no había probado nada de allí, y menos dulces. En la baja California, cerca de Tijuana, se hacen estos caldos desde hace ya algunos lustros.
Probamos dos cosas curiosas; La Cetto Moscato 2007 y La Cetto Palomino 2002 de la bodega Vinícola de Tecate. Cada uno con su uva, aunque el Palomino lleva un 20% de moscato. Simplemente, diferente.
Quien dijo que la Tierra de Castilla no tenia dulces? Desconocido pero si, hay dos cosas que están haciendo los dueños de Pago del Vicario, Pago del Vicario Corte Dulce y Pago del Vicario Merlot Dulce. No son para “tirar cohetes” pero el Merlot, como mínimo es algo para probar, un poco más astringente que el resto.
Como estábamos por probar cosas raras, que mejor que un país tan atractivo como Grecia para continuar con un vino del que ya atrae el nombre; Vino Santo Boutari 2004 de Bodegas Vegalife IBG Spiliopoulous, de 3 años en barrica, elaborado con uva assirtico.
Retornamos a España con una bodega de toda la vida (Bodegas Málaga Virgen) para probar dos vinos, Moscatel Reserva de Familia y su P.X. Don Juan. Por último, probamos un vino de Muskat Ottonel TBA 1995 de Weingut Preschitz, un vino muy aterciopelado y sugerente.
La cena, reunió a un grupo de amigos de varios Vinoble, exceptuándonos a nosotros dos. Los integrantes de esta fueron; Miguel, dueño del restaurante italiano San Juan , también responsable de la discoteca más famosa en Jerez, Bereber. Ana, su encantadora esposa, la dueña del restaurante La Cruz Blanca, en el centro histórico. Miguel, filólogo y amante del vino. El enópata Juan Ferrer de Valencia, también con su esposa, un elaborador de vino alemán (perdonar que no recuerde su nombre, pero entre lo difícil de pronunciar y que hablaba poco) y el importador de vinos del mundo Adam Perkal de Mundidrinks con su comercial de Bilbao. Adam, lleva trayendo vinos de diferentes países hace ya varios años. El marco incomparable de este restaurante que ha sido a lo largo de los años, burdel, convento y lugar de encuentro, con su patio central, hizo que la noche transcurriera feliz. O seria por el anfitrión que hizo las delicias contando chistes y anécdotas? Hay que reconocer que todos contribuimos a ello. La cena fue magnífica, unos entrantes a base de ensalada de verduras y frutas, unas pastas maravillosas (rellenas de boletus, spaghettti marinara, papardelle de jabalí) y magré de pato. Los vinos, no todos estuvieron a la altura pero el amor y dedicación de Adam, lo suplieron con creces. Tomamos un Prosecco di Valdobbiadane de Ornela Mollon (muy ligero) , un Gavi di Gavi (Tuvo años mejores, seguramente), un Barbera d’Alba de Burlotto (muy interesante), un Refosco da Pedunculo Rosso de Vigna Traverso, el más interesante, un Vino Nobile di Montepulciano de Podere Le Bèrne, el Nobile es uno de mis preferidos, aunque este no llegara a serlo. Terminamos los vinos con un Moscato Rosa de Vigna Traverso, sin sorpresas. Después del café, continuamos un rato en Bereber, riéndonos como en la cena (o más) y a continuación nos fuimos a descansar, la experiencia había sido muy gratificante pero agotadora.
El otro día teníamos que viajar a Madrid, este viaje (coincidimos los dos) había sido demasiado rápido. Dentro de dos años, si volvemos (amenazamos con ello), lo haremos por algún día mas. Creo que merecerá la pena. Ahora que termina Vinoble, solo nos queda decir, como la Sevillana famosa, algo se muere en el alma, cuando un amigo se va ¡

domingo, 25 de mayo de 2008

Vinoble 08

Buenas noches amigos. Estamos en visperas de visitar una de las zonas mas emblematicas de este pais, Jerez. Vamos a bajar al sur para asistir a una de las ferias de vino que mas me apetecia desde hace tiempo, Vinoble. Esperamos pasar unos dias agradables rodeados de caldos para recordar. Cuando vuelva, os contare algo de estas joyas vitivinicolas. Espero que, como minimo, lo pasemos bien, con una copa en la mano..... de dia.....y de noche. Un saludo, hasta pronto.