lunes, 1 de febrero de 2010

Como seducir a tu pareja con el vino

Os comenzare contando una belle LEYENDA DEL DESCUBRIMIENTO DEL VINO

Había una vez, hace muchos siglos, un rey persa llamado Jamshid, apasionado por las uvas. Las mujeres de su harén le traían fuentes enormes y lustrosos racimos, de todos los tonos y fragancias imaginables, que él desgranaba, displicente, sólo atento a las sorpresas que podía depararle el ocio.

A fin de saborearlas todo el año, cuando concluía la temporada las guardaba dentro de unas vasijas en una habitación fresca de su palacio. Un día descubrió que las uvas habían estallado y que un líquido espeso manaba de ellas. Era una especie de licor que olía fuertemente y que en nada recordaba la dulzura de los frutos.
Jamshid, descorazonado, tuvo la certeza de que el jugo se había convertido en veneno y advirtió a sus cortesanas del peligro.

Una de ellas, habiendo perdido los favores del rey y, por lo tanto el sentido de la vida, decidió suicidarse y se deslizó en la celda de las ánforas. Bebió un sorbo de la extraña pócima y se sintió inmediatamente mareada. Las piernas le temblaban y su corazón empezó a rebosar dentro de ella. Su piel se estremecía y cada vez más su cuerpo probaba un llamado a la alegría y al deseo. Entonces tomó una jarra, la llenó del brebaje oscuro y se dirigió a la alcoba del rey cayendo a sus pies en medio de risas y rubores.

El rey no pudo contenerse ante una imagen tan plena de felicidad y probó aquella pócima que no era más que licor. De pronto había subido también a las estrellas. Danzaron, rieron y se amaron. Ella reconquistó a su amante y la humanidad ganó el privilegio del vino.

Todos habremos oído una noticia que salió en los periódicos italianos el verano pasado:
El vino aumenta el deseo sexual femenino (El masculino, quizás, no hace falta). Un estudio de la Universidad de Florencia se baso en un estudio sobre cerca de 200 mujeres italianas entre 18 y 50 años.

Se dividieron en tres grupos, las que son abstemias, las que beben menos de una copa al día y las que beben más de una copa diaria. Se las midió por el Índice de funciones sexuales que es el baremo con el que se mide este tipo de estudios.
De acuerdo con las respuestas, el grupo que presento mayor índice de deseo, fueron las mujeres que beben más de una copa de vino al día (Sin llegar a la ebriedad).
Si además de esto, unimos el que determinados vinos aportan notas afrodisiacas al organismo, estamos ante todo un arte de seducir, el vino. Y si es blanco, con burbuja o dulce, apaga y vámonos (A la cama?)

Lo que demuestra es que un consumo moderado de vino ayuda a crecer la libido y hacer que bajemos el “listón”.
Hay vinos que parecen elaborados para desinhibir, entre ellos podríamos destacar cuatro; Lambrusco rosado, Moscato d’Asti, Sangue di Giuda y Bracchetto d’Accqui.
Sangue di Giuda;

Cuenta la leyenda que Judas, por su mal comportamiento en la tierra, traicionando a Jesús, arrepentido amargamente y en señal de perdón, volvió a la vida en carne y hueso en la ciudad vinícola de Oltrepó. Los ciudadanos, al saberlo, lo intentaron matar por traidor. Pero se salvo gracias a que obró un milagro y ayudo a los productores locales a solucionar una enfermedad que sufrían los viñedos y que amenazaba con acabar con ellos. Gracias al don que les otorgo Judas, los viticultores llamaron así a su vino tinto dulce.

Es un vino que, gracias a dos de sus uvas (Uva rara y Ughetto Vespolina) le dan unas notas ciertamente afrodisiacas, es un vino que unido a sus notas dulces, hacen que te crezcan las uñas.
Es un vino de color rojo rubí intenso con reflejos purpura (como la sangre). Con una ligera aguja natural, dulce con notas de frutas rojas frescas.
Bracchetto d’Acqui ;

Como todos los protagonistas en las historias, la leyenda es antigua y fascinante. Una de las mas sugestivas y maliciosas cuenta que el “VINUM ACQUENSE” le atribuía maravillosas propiedades afrodisiacas, que rea creencia común en el Imperio Romano. Julio Cesar primero y Marco Antonio después, lo hicieron mandar antes de sus llegadas a Egipto a la corte de la reina Cleopatra que lo apreciaba mucho para potenciar el apetito sexual de sus amantes…
Un hilo directo que se desnuda a través de la historia, territorio y zona característica, parecen ligar el “VINUM ACQUENSE” al actual Bracchetto, que puede estar orgulloso de tener derecho al título de ser su descendiente y estar presente en ese tiempo en Acqui Terme y en su alrededor.

Es un vino con mucho menos color que el anterior, de color purpura o rubí de reflejos violáceos. De perlage fino y persistente. Es el vino de la seducción y la felicidad, apreciado en todas las ocasiones por su perfume de fruta madura y su sensual no de rosa búlgara. Se bebe muy bien dado su moderado grado alcohólico y su dulzura.
Como dijo una amiga mía, es un vino “baja pantys”.

Ahora solo hay que tener cuidado con el, hasta pronto y que lo seduzcais bien.