viernes, 19 de junio de 2009

Viaje Gastronomico al corazon de la Campania 2 (Capri)



Continuando con el viaje, os dire, si no lo he dicho ya, que ha sido maravilloso.

Al despertarme, al otro dia, después del aseo y el arreglo, baje al restaurante a desayunar, eran las 8,15. En la cafetería no había nadie todavía, así que después de un café y un par de bollos, subí a la habitación hasta la hora de partida (las 9,00).
Poco más de las 9,00 bajaron mis compañeros y nos dispusimos a esperar a las damas, como siempre. Nos íbamos a pasar el día a Capri, nada más y nada menos.
El puerto no estaba lejos pero, antes de partir, tuvimos una anécdota. Una vez subidos al coche Juancho, Elisa, Fernando y yo, mientras esperábamos a Nicoletta, vemos que suben un par de personas (resultaron ser unos mexicanos que acababa de conocer Elisa) al coche y cuando creíamos que íbamos a arrancar, nos dicen que hagamos sitio para otros tres o cuatro que venían. Nosotros simplemente no dábamos crédito. Cuantos iban a entrar en el coche?. Como seria la forma de reaccionar nuestra que, al final, no subió nadie al vehículo. Casi mejor, ya de por si era un vehículo incomodo como para llevarlo como una camioneta de Capri.
Tuvimos que esperar el barco un rato (largo). Por lo visto hubo un problema a la Napoletana, o sea, no hay problema. El barco era pequeño y no cabían todas las personas. Despues de unos veinte minutos de dialogo con los patrones del barco, se tomo una solución Salomonica. Entraban en este primer barco, los niños, los ancianos y la prensa. Los demás a esperar. Asi que menos mal que pasamos con las personas mayores, los niños y los periodistas; espero que pasáramos como esto último.
Al llegar allí te das cuenta de una cosa, es precioso, muy caro, pero precioso. Las cuestas son enormes, en pocos kilómetros se suben cientos de metros de altitud. No me lo imaginaba asi. Nada mas bajar del barco, nos subieron a unos mini autobuses estrechísimos. Las carreteras son tan estrechas que caben malamente dos de estos mini autobuses. De hecho, a veces, tienen que parar para dejar pasar al otro. Fuimos al hotel Villa Marina de categoría 5 estrellas lujo para tomar un aperitivo, en Anacapri (Capri alto). Era maravilloso, no solo el hotel, sino el entorno. Sería maravilloso pasar unas vacaciones aquí, pero un poco caro seguramente.
Después del aperitivo y hasta la hora de la comida nos quedaban un par de horas, asi que decidimos bajar a Capri a tomar algo y dar una vuelta. Se me olvido deciros que no saquéis el brazo por la ventanilla del minibús porque o robas un limón de esos enormes que hay en la costa Amalfitana o te dejan el muñón en una de las curvas. Van rapidísimo y a veces te parece mentira que quepan dos juntos por esas carreteras tan estrechas.
Al llegar abajo, descendimos por esas calles tan coquetas y empinadas (que nos lo digan a la vuelta) hasta los jardines de Augusto, lugar maravilloso desde donde se puede ver unas jardines preciosos con unas flores muy bonitas y si te adentras tiene vistas al mar privilegiadas.
Después nos fuimos a tomar una cervecita en la plaza central de Capri, desde donde ves pasar a cualquier persona que esté en la isla. No se te escapa nadie. Es un cruce de caminos ideal.
Poco antes habíamos dejado a Nicoletta y Elisa que iban a hacer unas compras en un sitio donde dice Nicoletta que se pasan las veladas más maravillosas en la isla. Es una discoteca-Karaoke donde puedes bailar encima de las mesas, habrá que ver como acaban esas veladas.
Una vez terminada nuestra bebida con los compañeros de viaje que iban llegando, tomamos un taxi y volvimos al hotel para comer junto a la piscina. Llegábamos tarde, como siempre, y casi nos quedamos sin comer. Al final, nos trajeron algo de pasta y unos dulces y, digamos, salimos del paso.
Estaba terminando nuestro periplo por Capri y teníamos que volver al barco que nos devolvería a Vico. Nos esperaba una cena informal en un restaurante que se llama Balneario Bikini.
Yo resumiría que la isla de Capri, anclada en las azules aguas del Golfo, y considerada en la época romana como un "lugar dado por la naturaleza para al descanso del espíritu y el placer de los sentidos", es “practicamente” un lugar de dioses, ricos, pero dioses.
Cuando llego el barco a puerto de Vico, teníamos el tiempo justo para ir a darnos un baño en la piscina. Así que, Fernando y yo no desperdiciamos la oportunidad. Mientras nuestros compañeros se quedaron en la habitación, nosotros nos dimos un baño gratificante. Hacía un calor sofocante. Prácticamente durante el viaje hemos estado a una media de 30-32ºC y con esa humedad!!
Ya cambiados para cenar, fuimos a unos pocos kilómetros desde el hotel, en dirección a Napoli, hacia el balneario Bikini.
Cuando entramos y nos identificamos, nos “dejaron” una copa en prenda a cambio de diez euros que se suponía, nos devolverían a la entrega.
Era un sitio paradisiaco, al borde del mar. Incluso había una pequeña escala que te permitía bajar a una mini playa privada, si te apetecía. Todo estaba iluminado con antorchas y era como una especie de embarcadero caribeño.
Había una especie de bufet libre con diferentes cocineros emergentes. Ellos daban de comer y al final se le reconocía el esfuerzo con un “premio” y su nombre en público. Curioso.
Creo que no fue una cena para recordar. Había cosas interesantes pero también había cosas para olvidar. El vino, seguramente, lo mejor. Pero era un rollo tener que estar levantándote y recorriendo bastante distancia hasta llegar al vino, luchando con un montón de gente. Pero bueno, se paso bien.
Después de la “cena”, bailamos un rato en la pista música funky, de nuestra época, hasta que a algunos les entro el sueño, sobre todo a Elisa. Duerme más que las mantas.
Al llegar al hotel, mientras se iban a dormir nuestros compañeros de viaje, Juancho y yo decidimos tomar un Gin Tonic para hacer la digestión. Pero no estábamos en España, y menos en Madrid.
Cuando Juancho vio el nombre de la ginebra; Boxford, automáticamente cambiamos de idea y pedimos una Coca Cola normal y una light. Poco después nos íbamos a dormir, había sido un día largo e intenso. Mañana nos esperaba la Costa Amalfitana. Ya os seguire contando, un saludo.

No hay comentarios: